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Hoy nos hacemos eco de la entrevista publicada por el Periódico de Extremadura al Nefrólogo y Catedrático de Ciencias de la Salud, Nicolás Roberto Robles.

 

¿Cuál es la radiografía actual del problema del tabaquismo en Extremadura?

No somos la única comunidad autónoma en la que se está incrementando el tabaquismo. A pesar de todas las políticas antitabaco, hay una tendencia al alza del uso del cigarrillo. No sé si se puede comparar a la época del consumo de heroína en los años ochenta. Se pensaba que ya nadie iba a volver a utilizar heroína para drogarse y, sin embargo, no ha sido así. El consumidor va perdiendo el miedo poco a poco y vuelve a comportamientos que socialmente están bien vistos, a pesar de todas las campañas en contra. El tabaco sigue siendo para muchas personas una costumbre social que le ayuda a relacionarse con los demás. Para otros, sin embargo, el tabaco es un problema muy importante de adicción. Junto con la heroína, es una de las drogas más adictivas que existen.

 

¿De dónde viene el principal daño cuando se consume un cigarrillo ¿De la combustión o del humo?

Son cuestiones totalmente diferentes. Donde hay combustión hay humo. Todo el daño procede de ahí, porque se generan sustancias fruto de la combustión, como la nitrosamina. Al respecto, están descritos casi cien tóxicos posibles en la combustión. Eso es muy dañino para el riñón y la vejiga. Muchas veces nos olvidamos de que la primera causa de cáncer de vejiga es el consumo de cigarrillos. En este sentido, un cigarro que no tenga combustión reduce el riesgo de tener cáncer. De hecho, en algunos estudios que se están realizando actualmente en Japón (primer país que admitió los cigarrillos electrónicos) ya hay, por ejemplo, datos de mejora de los índices de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), la bronquitis crónica del fumador. Se están reduciendo el número de casos y la gravedad de los episodios. Y los mejores datos proceden de los consumidores a través de calentadores de tabaco.

 

Pero los vapeadores tienen mala fama.

Ciertamente, en Estados Unidos hubo una epidemia con los vapeadores. Hay que subrayar que fue por el mal uso que se hizo de ellos, pues se emplearon para fumar cocaína y hachís. Por otra parte, para que se realice bien la vaporización hay que añadirle algunos compuestos para que salgan con más facilidad los vapores de nicotina, lo cual puede producir efectos alérgicos.

El informe del Grupo de Decisión e Inferencia Bayesiana de la Universidad de Extremadura deja clara la relación entre nivel de estudios y consumo de cigarrillos electrónicos, pues los universitarios son los que más los utilizan. Sobre estos datos subyace una pregunta. ¿Se trata de una cuestión de educación o es una cuestión de precio?

Los consumidores con estudios universitarios tienen mayores ingresos. Muchas veces, quienes consumen tabaco liado lo hacen porque sencillamente es más barato que el cigarrillo tradicional que se vende en cajetillas.

 

¿Qué alternativas se pueden ofrecer a aquellos que no pueden dejar de fumar?

Este es el gran problema. Lo ideal sería dejar de fumar o hacerlo de una manera no adictiva. Fumarse un puro en un momento puntual no es, en principio, un problema, pero sí fumar cigarrillos sin parar durante toda la semana. Ahí es donde hay adicción. Tenemos algunas medicaciones que ayudan hacerlo y la administración, en aquellos casos de adicción grave, aceptó pagarlos. Desgraciadamente, hay muchos fumadores que hacen el tratamiento, pero vuelven a caer. De hecho, la mitad de los infartados vuelve a fumar al año de haberlo sufrido. Habría que preguntarse si el cigarrillo electrónico podría ayudar a dejar de fumar. Un estudio demuestra que el uso del cigarrillo electrónico era tan eficaz para abandonar el hábito como la vareniclina, aprovechando que mantiene bajos los niveles de nicotina, que es lo que produce la adicción. El contenido de nicotina de los cigarrillos electrónicos es mucho menor que los normales, lo suficiente para los pacientes no sientan el síndrome de abstinencia. En el peor de los casos, si el paciente no es capaz de dejar de fumar, al menos reduciríamos los riesgos. El riesgo de una persona que consume cigarrillo electrónico es superior al que no fuma, pero es la mitad del que sigue fumando.

 

¿El tabaco calentado sería mejor que el cigarrillo electrónico?

Ambas son alternativas libres de humo, pero diferentes entre sí. Las dos versiones que hay son el vapeador y el tabaco calentado. En teoría cualquiera de los dos podría valer. Desde el punto de vista científico hay más datos referentes al tabaco calentado. Además, el tabaco calentado solo se puede utilizar para eso, no admite otros usos, aunque no quiere decir que todo el mundo vaya a emplear mal el vapeador, pero existe la posibilidad.

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