El país de Oceanía sólo permite la compra de estos productos bajo prescripción médica como una ayuda para dejar de fumar.
La irrupción de los cigarrillos electrónicos al mercado está llevando a los diferentes países a tomar medidas muy dispares para atajar la situación.
Mientras que algunos advierten de que estos productos suponen un riesgo para la salud individual y pública y tienen potencial adictivo (y, por tanto, abogan por la regulación estricta y temprana antes de que se genere un hábito demasiado extendido), otros expertos sugieren que podrían ser alternativas eficaces para abandonar el tabaquismo, según publica 20 Minutos.
En esta línea, un grupo de 44 expertos en control del tabaco y las adicciones han escrito una carta abierta al ministro de Sanidad australiano Mark Butler pidiéndole que reconsidere su nueva propuesta regulatoria para los productos de vapeo en el país oceánico. Esta nueva norma, tal y como está planteada, sólo permite la compra de productos de vapeo bajo prescripción médica, como tratamiento frente al tabaquismo.
Así, según la carta, el modelo por el que ha optado el Gobierno australiano adolecería de varios problemas: «El mercado negro seguirá importando y suministrando productos de vapeo con nicotina no regulados y potencialmente inseguros a adultos y jóvenes; los fumadores tendrán más dificultades para acceder legalmente a la nicotina para vapear, una alternativa mucho más segura; algunos ex fumadores que actualmente vapean volverán a fumar; la aceptación del modelo de prescripción seguirá siendo baja; las tasas de tabaquismo disminuirán más lentamente; se producirá un aumento de las muertes y enfermedades relacionadas con el tabaquismo, y el modelo terminará fracasando».
En su lugar, estos expertos defienden la adopción de un «sistema regulatorio bien diseñado de consumidores adultos» que haga los productos de vapeo «fácilmente disponibles como una ayuda para dejar el hábito tabáquico en los adultos» al tiempo que «minimice el acceso de los jóvenes».